Le llaman los «Héroes del 30 de mayo«, y 63 años después de que lograron su objetivo patriótico, poner fin a la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, siguen vivos los recuerdos de las persecuciones, torturas y asesinatos que enfrentaron.
Una vez fracasada la parte política del complot, los conjurados se sabían condenados a muerte.
La madrugada del 31 de mayo, a Pedro Livio Cedeño, quien había sido herido accidentalmente por sus compañeros durante la refriega con Trujillo y su chofer, lo detuvieron y torturaron en la madrugada en la Clínica Internacional. Fue golpeado salvajemente procurando que delatara a quienes le acompañaron en el ajusticiamiento hasta asesinarlo en la Hacienda María.
El teniente Amado García Guerrero tenía entrenamiento militar, vendió cara su vida. Desde su refugio, la casa de un familiar en las cercanías de donde estaba en ese entonces La Voz Dominicana, hoy Radiotelevisión Dominicana, el 2 de junio recibió a tiro limpio a sus verdugos.