Grupos de mujeres protestan hoy, en una de la principales avenidas de Ciudad de México (México).
Colectivos feministas instalaron este sábado una estatua en honor a «las mujeres que luchan» en el pedestal donde el Gobierno de la Ciudad de México retiró el año pasado la efigie de Cristóbal Colón.
«Este lugar es desde ahora la Glorieta de las Mujeres que Luchan y estará dedicada a aquellas que en todo el país han enfrentado las violencias, la represión y la revictimización contras las injusticias», expresaron las activistas en un comunicado.
Mujeres encapuchadas escalaron por el pedestal, ubicado en una rotonda del céntrico Paseo de la Reforma, para instalar y desvelar la figura de una mujer con el puño en alto.
En el comunicado, las activistas declararon que el espacio está dedicado a las mujeres que buscan a sus familiares desaparecidos, a las madres de víctimas de feminicidios y a sus hijas, a las defensoras del territorio, a las afromexicanas, a las indígenas y a «todas las mujeres que con sus luchas han construido nuestra historia».
Esta estatua se suma a la lista de «antimonumentos», unos memoriales levantados por los propios ciudadanos que durante los últimos años están proliferando en la Ciudad de México para recordar por ejemplo a los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa o la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968.
Las autoridades capitalinas retiraron el año pasado la estatua de Colón, un monumento de Charles Cordier erigido el siglo XIX, días antes de celebrarse una manifestación que pretendía derribarla con motivo del 12 de octubre.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció recientemente que la estatua de Colón ya no volvería a su lugar y que sería sustituida por la figura de una mujer indígena elaborada por el artista Pedro Reyes.
Pero ante las críticas por encargar la obra a un hombre no indígena, la alcaldesa tuvo que dar marcha atrás y encargar el monumento a un comité.
El Gobierno mexicano conmemora este 2021 los 500 años de la conquista de Hernán Cortés, que ha querido resignificar bajo el nombre de «la resistencia indígena