Si te preguntaran distintas formas de mejorar tu vida y priorizar tu bienestar, seguro podrías responder inmediatamente con las distintas prácticas que deberías incorporar en tu día a día para vivir mejor. En algún punto de la lista, tras pasar por «comer más saludable» y «hacer ejercicio«, eventualmente arribarías a la gratitud.
Como los beneficios de esta práctica son internos, en este Día Mundial del Agradecimiento recalcamos su importancia y sus efectos en nuestros cerebros y bienestar.
Según Randy y Lori Sansone, la gratitud es la de lo que es valioso y significativo para uno; es un estado general de agradecimiento y/o aprecio.
La mayoría de los estudios empíricos indican que existe una asociación entre la gratitud y la sensación de bienestar general.
En una de estas pruebas, Emmons y McCullough examinaron la gratitud y el bienestar en tres condiciones experimentales. Se dividió a los participantes en tres grupos.
A un grupo se le pidió escribir diaria o semanalmente en un diario sobre acontecimientos o problemas negativos, a un segundo grupo sobre las cosas por las que estaban agradecidos y a un tercer grupo sobre acontecimientos vitales neutros. La submuestra de gratitud mostró un mayor bienestar que los otros dos grupos.
En una muestra de 389 adultos, Wood et al examinaron la gratitud y el bienestar en el contexto del estilo de personalidad. En este estudio, la gratitud estaba más fuertemente correlacionada con los atributos de personalidad relacionados con el bienestar. Los investigadores concluyeron que la gratitud tiene una relación única con la satisfacción vital.