Ganar una de las medallas de los Juegos Olímpicos es un acontecimiento que solo algunos deportistas de élite pueden presumir de tenerlos, y muchos de los afortunados que se han hecho la guardan en sus hogares como un preciado tesoro o incluso se las dan a familiares para que cuiden de ellas. Maria Andrejczyk no ha optado por ninguna de estas opciones y ha decidido hacer un mejor uso de ella: subastarla para ayudar a un niño con una grave deficiencia cardíaca. Un gesto que demuestra la gran persona que es.
La medallista olímpica de Tokio 2020 se alzó con la plata en la modalidad de lanzamiento de jabalina. De 25 años, Maria ha vendido su presea por 44.000 euros y ha abierto una cuenta para recaudar otros 35.000 euros que también irán destinados a sufragar la operación que necesita el pequeño y que se realizará en Estados Unidos.
“Fue realmente un impulso. Sentí que esta medalla no se podía quedar conmigo porque recuerdo bien cuánto tuve que luchar contra la adversidad y el dolor. El valor real de una medalla siempre permanece en el corazón. La medalla es sólo un objeto que puede ser de gran valor para otros. Esta plata puede salvar vidas en lugar de acumular polvo en un armario. Por eso decidí subastarla para ayudar a los niños enfermos”, explicó la atleta a la televisión polaca.
Maria tiene también la medalla de oro en el campeonato de Europa juvenil en la modalidad de lanzamiento de jabalina. En los Juegos Olímpicos de Río 2016 estableció un nuevo récord polaco en dicha disciplina, aunque perdió la medalla de bronce frente a la checa Barbara Spotakova. En Tokio 2020 fue a por todas y quedó como subcampeona olímpica.