El ibuprofeno es uno de los medicamentos más usados para aliviar molestias y dolores corporales. De hecho, muchas personas no piensan en que les está afectando negativamente a su salud. Ya que su ingesta por cuenta propia está muy normalizada desde hace varios años.
Está indicado para la fiebre, para tratamientos de dolor de intensidad leve o moderada, como es el caso del dolor de cabeza, o para el tratamiento de la artritis, entre otros usos.
Pero como cualquier otro medicamente, debemos tener en cuenta los posibles efectos secundarios que puede ocasionar en nuestro organismo.
A la larga, el consumo constante y sin control de ibuprofeno puede afectar a algunos de los órganos vitales que tenemos en nuestro cuerpo. Como por ejemplo al hígado o a los riñones.
Un estudio reciente de la Universidad de California (Estados Unidos), ha concluido que uno de los efectos adversos más comunes del ibuprofeno es que afecta en gran medida a la salud de nuestro hígado.
Pero también puede afectar en gran medida a la salud de nuestro riñones. Causando la aparición de enfermedades renales graves y enfermedades relacionadas con el sistema cardiovascular.
Así afecta el ibuprofeno a los riñones
En España se contabilizan actualmente más de 4 millones de casos de personas con insuficiencia renal debido a diferentes factores.
Además, cada año se calcula que cerca de 6.000 pacientes van a necesitar un tratamiento renal sustitutivo. Como por ejemplo hemodiálisis, trasplante renal o diálisis peritoneal.
Normalmente aparece en personas de más de 65 años de edad, aunque cada vez se da más en personas jóvenes.
Esto es debido, entre otras cosas, a la ingesta masiva de ibuprofeno en cualquier momento del día y por cualquier circunstancia.
Y es que, a pesar de que no nos demos cuenta en el momento, el ibuprofeno va a ir dañando nuestro riñones con el paso de los años. Haciendo que estos vayan perdiendo su eficacia y se vayan deteriorando a medida que crecemos.
Por ello, controlar la ingesta de ibuprofeno y tomarlo solo cuando es realmente necesario marcará la diferencia a la hora de disminuir el número de personas con problemas renales.
El ibuprofeno pertenece a la familia de los Antiinflamatorios No Esteroideos (AINES). Estos pueden ser tóxicos para los riñones de dos maneras:
- Producen lesiones crónicas en los riñones en un corto período de tiempo.
- Eliminan la producción de ciertas sustancias que intervienen en el mecanismo del dolor.
Por lo tanto, si perdemos le efectividad del funcionamiento normal de los riñones, vamos a sufrir las consecuencias en el futuro. Algo que realmente hará que nuestra salud se vea perjudicada en gran medida.